Tentado estoy de volver a cerrar los ojos y permitir que el sueño permanezca a mi lado un poco más.
Me dicen que estoy de nuevo en New York, en este lado del océano a donde como bien sabes durante cincuenta años me negué a venir. Me quedan tres horas para una nueva sesión de no sé que diantres artificio para mantenerme muerto, y me revelo.
Solamente unas palabras de despedida cuando el ciclo de los mitos deje de girar y Aquiles demande la espiral del dios del viento y volvamos a encontrarnos tal vez. Prometeme que te pensaras en serio recordarme que un día estuvimos juntos y felices en Barcelona.
A tu lado siempre.
en clase el siete de octubre de dos mil diez
pelota... y luego te dirán en casa que sacas buenas notas.
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