30 diciembre 2011

Pensando en el árbol










 Dormido en la pared de la izquierda, acurrucado entre los listones del cuadro, permanece desde hace veinte años el roble de hojas verdes junto al muro de piedra caliza de Campaspero, que trazo a trazo pintó mi amigo del alma entre las tardes y noches de aquel otoño lejano. Gemelo del que habita en su casa, pues pintó dos. Es una roble fuerte, castellano, de veranos cálidos y secos, donde sus ramas se aprietan abrazando amistades, juegos, y recuerdos. Y es en su azul nítido y claro del cielo donde juguetean brisas frescas y se deslizan voces y gritos juveniles junto a ternuras infinitas, donde reposa desde entonces.
  Hoy se engalana con él mi pensamiento navideño y cantan villancicos los silencios de mi corazón.



Judimendi nueve de diciembre de dos mil diez

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