25 febrero 2011

Tesauromías erróneas de la squis


    
    Puede parecer y sin embargo es. Y así de maravillosa es la mente de estos seres que pareciendo ser humanos, lo son, a través de siglos, por cierto.    Junto a un “panzas” puede sellar una hidalguez de empalagosa fortuna, sin que apenas se note, solamente con engolar la voz y parafrasear a Cela. Resuelto a la hora de permanecer callado en una tertulia de cualquier clase, sobre todo, cuando coinciden en esperar su opinión. Cuando pitos , flautas. Y no por no gustar de hablar, sino por iletrado las más de las veces.    -Adornas con ironías-, que diría el gachón.
Se muda de gaitero cuando el calor aprieta y pasea junto a la playa, por pasar desapercibido. Guiri entre guiris, sin llevarlo a gala, .." que antes se pilla a un patitranco que a un tientaparedes en eso del parecer y el ser".     De difícil carcajeo. Aparentemente serio y distante. Ahuevado. Agraz. "Que más quieres Baldomero".
 Vender el hemiono resulta difícil hoy en día, mejor comprar el hembraje de siempre subir al escabel y vociferar la mercadería, en eso consiste el trabajo mayor, el menudeo vendrá después cuando se raspe y vea lo que es. Lo que parece. Pero mejor, no compres aún, espera. El prospecto marca fecha próxima a caducar.



                                      Diecisiete de noviembre de dos mil nueve


                                                                      

14 febrero 2011

Rágama

                                           
        Cuando la tarde termina y pone la caperuza el rabadán niño a su látigo de mimbre, desde la charca de ojos verdes divisa en la lejanía la torre de la iglesia mudéjar pegada al cielo. Donde terminan las últimas curvas del camino, entre olmos muertos, comienzan sus casas chatas de adobe amilanadas. Por sus calles desiertas silban los vencejos de antaño volando a ras de los tapiales tras los que ladran perros hambrientos al percibir la llegada del ausente. En las eras, junto a las parvas de trigo cañivano que espera limpio ya de tamo y paja ser acarreado al amanecer por los braceros, dormitan las trilladoras aún exhaustas. A la salida, en dirección a la carretera de piedra y brea, los lavaderos que aún conservan cuchicheos y azuletes entre las grietas de sus paredes. A un lado la tapia encalada del cementerio. Y allá en el altozano el palomar circular casi caído. Por las noches dicen que la vía láctea abraza la plaza del ayuntamiento donde junto a las acacias permanecen desnudos, un banco de piedra caliza, una fuente y una farola.
        Aún se escuchan seguidillas de fiesta a las mozas trigueñas de ojos aceituna y se pierden tras las esquinas procesiones de virgen y santo patrón, de mantillas y velas, de perfumes de rosas y azucenas. Y el tamboril y la dulzaina se persiguen y abrazan a la salida de misa de un domingo cualquiera a las doce.

                                               veinte de febrero de dos mil diez

10 febrero 2011

“Perfectamente lenta tras mi lente”


Ambigua. Frente a frente, a dos pasos y doce palmos de mano de veinte centímetros, o asina. Las patillas de las gafas de Prada descansan en el pupitre universal, del jueves, color crema.  La cucaracha permanece inmóvil, cerrada, y ausente.  En vertical sujeta ella con su mano izquierda, desnuda y femenina, la fotografía que merece su atención. No se alcanza a ver las frases impresas en el dorso.  Escriben, su estilográfica, su brazo y su rebeca haciendo juego.  Al unísono tuerce el gesto y para en sus pensamientos. Luego los trasmite hacia arriba y ya está de nuevo en movimiento. La inspiración resuelta y bulliciosa. Dos aretes titilan entre su melena caoba. Palidece el tiempo. Tras ella las sillas dan la espalda al espectáculo y permanecen quietas y alineadas. Al fondo la repisa vacía espera oír nuestros relatos breves escondida entre la sombra.


                      En Judimendi el cinco de noviembre de dos mil nueve

08 febrero 2011

Las causas









Los ponientes y las generaciones.
Los días y ninguno fue el primero.
La frescura del agua en la garganta
de Adán. El ordenado Paraíso.
El ojo descifrando la tiniebla.
El amor de los lobos en el alba.
La palabra. El hexámetro. El espejo.
La Torre de Babel y la soberbia.
La luna que miraban los caldeos.
Las arenas innúmeras del Ganges.
Chuang-Tzu(*) y la mariposa que lo sueña.
Las manzanas de oro de las islas.
Los pasos del errante laberinto.
El infinito lienzo de Penélope.
El tiempo circular de los estoicos.
La moneda en la boca del que ha muerto.
El peso de la espada en la  balanza.
Cada gota de agua en la clepsidra.
Las águilas, los fastos, las legiones.
César en la mañana de Farsalia.
La sombra de las cruces en la tierra.
El ajedrez y el álgebra del persa.
Los rastros de las largas migraciones.
La conquista de reinos por la espada.
La brújula incesante. El mar abierto.
El eco del reloj en la memoria.
El rey ajusticiado por el hacha.
El polvo incalculable que fue ejércitos.
La voz del ruiseñor en Dinamarca.
La escrupulosa línea del calígrafo.
El rostro del suicida en el espejo.
El naipe del tahúr. El oro ávido.
Las formas de las nubes en el desierto.
Cada arabesco del caleidoscopio.
Cada remordimiento y cada lágrima.
Se precisaron todas esas cosas
para que nuestras manos se encontraran.

. . . . . . . . . . . .
(*) - Unos quinientos años antes de la Edad Cristiana, alguien escribió:
Chuang-Tzu (místico taoísta, que vivió durante la dinastía Chou) soñó que era una mariposa
que revoloteaba alegremente y volaba a su antojo, inconsciente de ser Chuang-Tzu.


J. L. Borges



Carlos Igualador me envió, entre otras, esta hermosa poesía que tanto le gusta, como no, como a cualquier alma sensible. Un auténtico regalo.