10 febrero 2011

“Perfectamente lenta tras mi lente”


Ambigua. Frente a frente, a dos pasos y doce palmos de mano de veinte centímetros, o asina. Las patillas de las gafas de Prada descansan en el pupitre universal, del jueves, color crema.  La cucaracha permanece inmóvil, cerrada, y ausente.  En vertical sujeta ella con su mano izquierda, desnuda y femenina, la fotografía que merece su atención. No se alcanza a ver las frases impresas en el dorso.  Escriben, su estilográfica, su brazo y su rebeca haciendo juego.  Al unísono tuerce el gesto y para en sus pensamientos. Luego los trasmite hacia arriba y ya está de nuevo en movimiento. La inspiración resuelta y bulliciosa. Dos aretes titilan entre su melena caoba. Palidece el tiempo. Tras ella las sillas dan la espalda al espectáculo y permanecen quietas y alineadas. Al fondo la repisa vacía espera oír nuestros relatos breves escondida entre la sombra.


                      En Judimendi el cinco de noviembre de dos mil nueve

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