05 febrero 2024

El Grito

 

 


 

   Llevo por pareja esa callada compañía que se siente al caminar por una poblada acera. No llevaba fijado mi destino, me encontraba cansado, en mi interior reinaba una gran oscuridad. Me detuve asombrado al ver en el horizonte como el fulgor del sol se ocultaba tras las nubes pigmentadas de rojo -como sangre-. Sentí como si un grito desgarrador cruzara el vasto silencio del cielo y rasgara la naturaleza para atravesarla. Seguido, me fortifiqué en casa en el aroma manso de la soledad.

   Se oye a diario al declinar la tarde. Es un grito prolongado a la vez lastimoso y siniestro. No se sabe de su procedencia. Al inicio solo lo oían los vecinos de esa calle, pero abarcó a las contiguas, y hoy es tal su brío, que los barrios de alrededor lo perciben con sobrada nitidez.

   No siempre es puntual. los residentes ya no cierran sus ventanas para atenuar el sonido, se han acostumbrado a este suceso. El grito sigue brotando penoso, desesperado. En un principio al oírlo se tapaban los oídos en un involuntario gesto protector, otros salían de sus casas armados, dispuestos a entregarse y ayudar a quién encontrándose en peligro se quejaba y pedía ayuda. En la actualidad apenas si logra inquietar a los residentes.

   Atrae a turistas que aguardan ilusionados oír el grito, pasan la noche y parten luego a contar sus emociones. Se rumorea que un grupo significante de ciudadanos angustiados esperan a diario su escucha, pues de otro modo no encuentran el sosiego necesario para abrazar el sueño, y solo quedan calmados y sosegados si esa noche logran oír ese grito extremecedor que finalmente no es de ninguno de ellos.Tras el grito, solo se oye ese zumbido que emiten los oídos cuan do el silencio es absoluto.



                                                                        PEDRO MORENO

                                               

 

 

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