11 agosto 2011

Tinto Protos





  Y tras las campanadas. ¡Zas! Un paquete en rosa y celofán alargado en donde los hombros son asas y la cabeza una tarjeta blanca con mi nombre impreso. Un instante de emoción donde con la mirada requieres, incitas, investigas, entre gentes sencillas y afables, de sonrisas amplias y francas.     Y ...  ¡Ah!   ¡Oh!. Nadie dice nada e inquieren a su vez iluminando sus ojos con alegría. Recorren recovecos sencillos y fáciles de encontrar en mi corazón.    Y sí, lo agradezco. Estoy con mi regalo y manifiesto mi satisfacción. He tenido un regalo. Una botella de vino tinto, de morapio con marca. Luego, que más da, nos bebemos el ribera con unos mazapanes y cantamos aquel villancico de siempre


Judimendi trece de enero de dos mil once


No hay comentarios:

Publicar un comentario