26 julio 2012

Centón libro de relatos



PREÁMBULOS

En Navaridas, cuando un pálido sol de Febrero, se asoma Justo encima del horizonte, entonces los caminos se convierten en ríos, y la profesora de pintura, ya está en pie, frente al lienzo en blanco, tratando de capturar la luz pero no se concentra. Su mente –y su mirada- vuelven una y otra vez a la carpeta que tiene encima de la mesa y cuyo título reza así: Informe de seguimiento de JLS. Nª 1514.
Lo había encargado a una agencia de detectives de ostentoso nombre -“Los elegidos”- y carísimos precios, cuando su pasión por lo prohibido, le había llevado por medio mundo “En busca de Mister Happy”a quién había conocido en una exposición sobre Modigliani –otra pasión común- y quien desde el primer momento había acaparado su atención y les había hecho Confidencias íntimas y sinceras sobre su vida. O al menos eso había creído ella porque el contenido de aquella carpeta, presagiaba algo bien distinto.
Aún no ha desayunado y antes de leerlo decide prepararse un café, y de paso dar de comer a Poppy, el perro que merodea alrededor de sus piernas con aire tristón. Abre la nevera, en cuya puerta ha pegado las postales de Camerún y Kenia y hasta de aquel viaje al Amazonas, (al interiormente siempre se refiere como desconcierto en el Amazonas porque fue allí donde empezaron sus sospechas) y encuentra una ausencia total de Olores sabores y colores. Sólo subsisten la sobras de unas patatas a la importancia que le llevó Eva, su mejor amiga, que en su momento mitigaron el desconsuelo y que ahora pasan a ser el desayuno del chucho.
Lo siento Poppy pero es lo único que hay. Así compensamos los excesos Navideños. “Las mejores navidades de mi vida, se dice en voz alta con una voz temblona, a punto del llanto.
Se prepara un café solo y abre la carpeta.
Dentro hay unas fotografías sujetas con un clip y un trozo de papel en el que la letra inconfundible de Misterhappy ha escrito “Mi viaje a Egipto”,
Debajo, entre paréntesis, y con otra letra, esmerada, femenina y que ella conoce muy bien, otra mano ha escrito “El viaje que se hizo esperar”.
Ojea las fotos y mira el reloj. Aún es demasiado temprano para hacer la llamada así que se viste, se pone las gafas de sol y baja a comprar el periódico. Además de hacer tiempo, quiere conocer el desenlace de Nomeolvides 21, un caso de mobbing inmobiliario que la tiene indignada, y tampoco quiere perderse la columna semanal de una periodista de talante y lenguaje feminista cuya fuente de inspiración parece ser los cuentos populares, a los que va dando un buen varapalo en cada artículo. El de hoy es una versión delirante y divertida de Blancanieves y los siete enanitos que a pesar de todo logra arrancarle una sonrisa.
Incapaz de esperar más coge el teléfono. Contestan a la cuarta llamada, justo cuando está a punto de colgar
-¿Diga?
-Eva, soy yo.
Silencio.
-Eva responde.
-No tengo nada que decir. Nada.
La profesora de pintura vuelve a colocarse delante del cuadro en blanco y traza una gruesa línea, roja, y luego otra y otra hasta soltar las lágrimas. Sólo queda la rabia.






de Lou








Mi viaje a Egipto
Justo encima del horizonte
Entonces los caminos se convierten en ríos
Confidencias (la foto)
No tengo nada que decir
Eva responde
Camerún
Desconcierto en el amazonas
Modigliani
Kenia
Los elegidos
Pasión por lo prohibido
En busca de Misterhappy
Blancanieves y los siete enanitos
El desenlace de Nomeolvides 21
Nada
Febrero
Las Navidades de mi vida
Olores, sabores, colores
Patatas a la importancia
La profesora de pintura
Gafas de sol
Navaridas
El viaje que se hizo esperar
Poppy, el perro
Informe de seguimiento policial










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