15 septiembre 2011

Y si Miren, no fuera Miren, ... ¿quién sería?













 

  Maruca, la joven que se cruzó conmigo una mañana de mayo en el andén de cercanías de Alcalá de Henares hace un par de días sin ir más lejos con su coleta rubia hasta la cintura y su sonrisa diáfana, alborotada y feliz de la mano de su madre. ¡Al tren! ¡Al tren! …, gritaba, con sus zapatillas negras, sus calcetines blancos y un vestido de brocado azul turquesa con florecillas de pitiminí. Corrió, corrió,...se fue.

  Maruca, la parvulista subida en la tarima con su regla toledana en ristre frente a catorce gurruminos atolondrados que miran el zurcido de sus medias mientras deletrea LU DI ON como una marisabidilla señalando en cada silaba un indispensable rincón del habitáculo. Subiendo cada poco con el índice libre la grupa de sus gafas hasta muy cerca de sus miopes ojos de color verde manzana, al par que, sin verecundia alguna, a duras penas, el moño de estopa retorcido titila allá en su nuca donde desprovisto de substancia de provecho alguno cuelga un singular lazo de color rosa desvaído.

  Maruca, la primavera azucena dulce como la azufaifa con la chalina ladeada en sus hombros morenos y su vestidillo de lunares rojos con volantes y flequillos, danzando airosa una zambra gitana en una noche de estrellas sin luna alrededor de la lumbre, al compás de pavesas y coplas, entre palmas y jaranas.

  Maruca, en una hamaca frente al horizonte cárdeno en el placer del mar sintiendo en su piel la flor del viento, sobornando a las plácidas olas en su vaivén con sus ojos negros para que acaricien sus delicados pies hasta el amanecer, temblando toda, con la mirada perdida en lo más profundo de su alma, tejiendo y deshaciendo interminables hilos que en su mente se abrazan y deshilachan sin tino ni medida, sintiendo en su blanco pecho los rizos negro azabache dormidos como una seda mientras anuncia su corazón noche atrevida.

  Maruca ...pues quién a de ser, y ya es a un tiempo... Miren,.... ¿ lo ves ?.




                                            en Vitoria a dieciséis de noviembre de dos mil diez


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