20 diciembre 2010

La cita













7:30 horas.
Me he levantado casi antes de sonar la radio.
He tosido. – dejaré de fumar cualquier día -.
Mientras me duchaba planifiqué,“lo de la tarde”, de nuevo.
A las siete cita.
Antes quizás. – iré a las seis y media -.
Cuando dijo el día diecisiete a las siete me pareció atrevida y prematura la cita. Pensé decir. – no, mejor a las ocho del miércoles -.
Tecleé a las siete y como siempre me negué a mi misma y accedí. El ordenador lo sabe.
Planifiqué “lo de la tarde” en la ducha.
Dijo. – Informal. Un tente en pie en cualquier parte -.
Debí negarme, no es bueno para mí seguir cediendo constantemente. Me pasó con Eva y no aprendo. Luego sufro.
Debo de cambiar de jabón, me enrojece la piel.
Planifiqué y cedí en una hora.
-No llevaré el coche. - No llueve y … parece que la temperatura es alta.
Café y pan frito.
-¿ Una copa? . Y dos … si es preciso.
La calculadora, el pañuelo azul, las llaves, …a todo correr bajo. Olvido el ascensor en el quinto…, y después de un instante, adiós al conserje.
Efectivamente la calle estaba caliente.
Luego planificaré...
A todo correr tras el autobús.

    Cualquier viernes en Judimendi sobre las ocho horas de un otoño de dos mil ocho.

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