05 enero 2011

De regreso a casa – Escena 4ª

  De regreso a casa, debajo del paisaje, en el claro oscuro del parque donde los rayos de sol una vez filtrados por las ramas de los árboles altos y sin apenas hojas, descansan en el paseo sin fuerzas las sombras y caminan acompañando al hombre del abrigo y sombrero gris de regreso a casa. Son mudos testigos tres bancos de madera y dos farolas románticas. Al fondo entre la neblina subido en su pedestal le aguarda un vaso floreado de piedra. Al otro lado del semáforo una pareja cogida del brazo esperan la señal para cruzar la calle y venir a su encuentro. El negro sepia, el verde musgo, el ocre amarillento, el gris ceniza, dialogan ausentes al paso del tiempo y su edad permanece y sus pensamientos se marchan con él.
  Fue un día duro, comenzó a las diez en la sala de espera del oncólogo. Cuando lleguen les dirá : “Falsa alarma, todo va bien “. Regresaran juntos sin necesidad de palabras. Apretado el puño, arrugado, ahoga el informe con fuerza dentro del bolsillo.
  ¡Si, todo irá bien papa...., todo irá bien!.


                                                         Vitoria uno de marzo de dos mil diez

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