11 enero 2011

Ella

Al otro lado de la vía permaneció, alejándose, su pañuelo blanco.
 Lo llevo en el bolsillo de mi cazadora, en mi mesa de despacho,
junto al frasco de perfume.
 Cruzando caminos, cruzando caminos.
 Lo llevo prendido en la solapa.
 Alejándose, cerca y lejos, pero blanco.
 Rozan mis pensamientos el pañuelo blanco.
 Unidos hasta siempre inevitablemente.


                                               Veintidós de octubre de dos mil nueve


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